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sábado, 2 de febrero de 2013

Juan Zanelli: "Los años olvidados"

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Por muchos años la historia del automovilismo chileno ignoró el nombre de Juan Zanelli. Cuando Eliseo Salazar llegó a Europa para tomar parte de carreras llenas de historia como los grandes premios de Mónaco, Francia o Alemania, nunca oí mencionar el apellido de Zanelli como un predecesor. Incluso publicaciones nacionales no lo consideraban, ni mencionaban al momento de hacer el recuento histórico del automovilismo chileno durante el siglo pasado. Más aún, hasta no hace mucho, 7 u 8 años, Zanelli aparecía con nacionalidad argentina en más de un sitio de estadísticas.

Pero dicen que el tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar, aunque en este caso haya tardado bastante. En gran parte a esto ayudó la investigación que el periodista, abogado y ex-piloto Rodrigo Velasco realizó acerca de la vida de Juan Zanelli, para escribir un libro llamado "Coche a la vista" el que fue publicado el año 2007, entonces comenzó a hacerse justicia con la historia de este piloto chileno.

Poco a poco el apellido Zanelli fue resurgiendo del olvido y siendo reconocido no sólo como el primer piloto chileno en obtener logros en Europa, sino como el primer latinoamericano.

Juan Zanelli nació el año de 1906 en Iquique, ciudad al norte de Chile. Miembro de una adinerada familia, hijo de padre italiano y madre chilena, vivió sus primeros años entre Iquique, Santiago y Valparaíso, hasta que viajó a Suiza para concluir sus estudios. Siendo muy joven recibe el cargo de vice cónsul de Chile en Francia y se establece en Niza, así comienza a frecuentar los altos círculos de la sociedad europea.

En Brooklands con un Alfa Romeo.

La época en que Zanelli comenzó a competir obviamente era muy diferente a la de hoy. No existía un campeonato mundial aún, las pistas solían ser mayormente caminos habilitados para la competencias, salvo escasas excepciones, por consecuencia las medidas de seguridad eran mínimas. Aún cuando ya en esos años existían categorías distintivas por cilindraje y en los principales Grand Prix participaban los de mayor cilindrada llamados entonces coches de Grandes Premios. Era la época también en que muchos pudientes aficionados a la velocidad financiaban sus propias participaciones casi por placer.

Los equipos generalmente estaban asociados a fábricas de coches que participaban más que por logros deportivos, por el prestigio de sus marcas con fines comerciales. El parque automotriz no era muy variado, principalmente Alfa Romeo y Bugatti se disputaban los eventos más importantes junto a un puñado de marcas menores.

Zanelli hizo su aproximación a las competencias con un Fiat biplaza en 1926. En los años siguientes conoció a los hermanos de Vizcaya, precisamente a Pierre de Vizcaya le compró un Bugatti el cual utilizó durante 1929, ellos a su vez le presentaron al marqués de Pateras Pescara, dueño y constructor de la escudería española Nacional Pescara.

Aquella temporada la inició en abril durante el Circuito de la Riviera sin mayor fortuna, mientras que en el Circuito de Alessandria en Italia fue 8º compitiendo contra las renombradas escuderías Alfa Romeo y Maserati. Su primera gran actuación la obtuvo en el GP de La Marne en Francia, allí consiguió un segundo puesto detrás de Etancelin con un Bugatti oficial y delante de Lehoux en el otro coche oficial del equipo francés.


En junio de 1929 obtiene el triunfo en el GP Bugatti, una competencia organizada por la misma fábrica francesa y realizada en Le Mans. Previo a esta participación Zanelli había roto el motor de su coche, esto le obligó a comprar otra máquina al Barón Phillipe de Rothschild. A bordo de este nuevo coche un Bugatti T35C se llevó la victoria en dicha carrera y como premio recibió un nuevo modelo T35 de la misma marca. Este es el primer triunfo de un piloto chileno en pistas europeas y también el primero de un latinoamericano.

El 25 de julio de aquel año toma parte del VII Circuito Automovilista de San Sebastián en el circuito español de La Sarte, aunque con mala fortuna al despitarse bajo la lluvia cuando disputaba el primer lugar. A pesar de ello tomó el relevo en el coche de Foresti pero sin poder cambiar su suerte. La carrera la ganaría el monegasco Louis Chiron.

En el Gran Premio de Comminges sumó otro abandono, igualmente en el Gran Premio de Monza en septiembre, así como también en el Circuito de Cremona, aquella vez a bordo de una Maserati 26C sin poder girar casi.

En abril de 1930 tomó parte del segundo GP de Mónaco enfrentando a nombres como Chiron, Dreyfus, Zehender, Williams y otros, abandonando en la vuelta 92 siendo séptimo en la clasificación final. Dos semanas después corre en el Circuito de Alessandria, donde Varzi se llevó la victoria y el chileno fue segundo a 3 minutos del italiano, una gran presentación considerando que aventajó a tres de los pilotos oficiales del equipo Alfa Corse, entre ellos Enzo Ferrari.

Con el Bugatti en el GP de Mónaco.

Dos meses más tarde participa en la segunda edición del Grand Prix de Lyon, pero sin fortuna retirándose a pocas vueltas, su siguiente desafío fue el VI Grand Prix de la Marne sobre el circuito de Reims donde giró 40 de las 50 vueltas totales, otra vez una falla mecánica lo dejo fuera.

No fue hasta septiembre que volvió a estar en una competencia, fue en el GP de Francia disputado en Pau aquel año, obtuvo un excelente tercer puesto por detrás de Etancelin y Henry Birkin incluso ocupando el segundo lugar en algunas vueltas. Una competencia que contó prácticamente con un único equipo oficial, el de Bugatti, el resto de participantes eran privados.

En 1930 vuelve a ganar en Le Mans bajo la fórmula de handicap, el premio esta vez fue un Bugatti modelo T43. Para el mes de octubre disputó el V Gran Premio de España (VIII GP de San Sebastián) donde llegó a estar segundo tras Varzi hasta que su Bugatti terminó estrellándose contra un poste telefónico resultando Zanelli sin heridas, no así una espectadora que fue golpeada por la rueda desprendida del coche del chileno. Cerraría su temporada ganando en la Course de Côte Gometz-le-Châtel el 26 de Octubre.

Si bien al menos hasta ahí había demostrado ser un buen piloto, a pesar también de no pertenecer a un equipo oficial participó, a excepción de Mónaco y Francia, de carreras menores. Para 1931 se centró en el Campeonato Europeo de Montaña siendo parte del equipo español Nacional Pescara, con el que Zanelli fue campeón.

El 17 de mayo de 1931 en la IX Cursa Internacional Rabassada, que ganó el alemán Rudolf Caracciola. Zanelli fue segundo en su clase (de 1.500 a 2.000 cm3), clasificado con su Nacional Pescara por detrás del de Tort, y tercero en la general, en tanto en KesselBerg ganó brillantemente y siendo además segundo en  Mont Ventoux y Shelsley Walsh donde obtiene el título europeo.

A bordo del Nacional Pescara en Shelsley Walsh 1931.

En Grandes Premios sólo tomó parte del realizado en Mónaco abandonando por una falla del pistón en el giro 47. Al año siguiente vuelve a estar presente en Mónaco formando parte de la escudería Nacional Pescara, pero no clasifica para largar el GP. Retornó entonces a lo que parecía ser su especialidad, las subidas, con Alfa Romeo y también con Nacional Pescara. En la competencia de Val de Cuech fue segundo, en 1933, ganó en Les Alpilles y Mont Faron en 1934.

Por aquel entonces le compra al piloto Raymon Sommer el Alfa Romeo Monza 8c 2.300 sport con el cual el angolemo había ganado en Le Mans aquel año. Zanelli lo modificó y con este coche fue 6º en la V 500 Miles Race del BRDC 1933 en Brooklands y 8º en el GP de Túnez antes de llevarse la victoria en el denominado Gran Premio Penya Rhin venciendo a pilotos como Marcel Lehoux y Tazio Nuvolari.

Trece coches disputaron la I Copa Barcelona en el circuito parque municipal de Montjuich, Nuvolari y Lehoux tuvieron problemas mecánicos, el italiano en la vuelta 19, y el galo en la 31, lo que permitió a Juan Zanelli completar los 151 kilómetros, equivalentes a 40 giros, en 1 hora, 35 minutos, 8 segundos, a un promedio de 95,116 kms/h para quedarse con el triunfo. Este puede considerarse el mayor logro de Zanelli en competencias de Gran Premio, más allá del tercer lugar obtenido en Francia en donde el nivel competitivo era menor.

Zanelli gana la Iª Copa Barcelona en el circuito de Montjuich.

Un año después, en 1934 sería 4º en esta misma competencia a bordo de un Alfa Romeo 8C Monza detrás de Varzi, Chiron y Lehoux mientras en el GP de Albi en Francia sería 5º.

Para 1935 tomó parte de tradicionales carreras como el GP de Pau y el GP de Tunez, también el  Eifelrennen, pero volvió a tener mayo éxito en las subidas de KesselBerg y Val de Cuech, siempre para Nacional Pescara ganando su categoría en ambas.

Más tarde cambió el Alfa Romeo por un Maserati V8 RI de la Scuderia Torino (10º en la X ADAC EifelRennen) cuando Rosemeyer y su Auto Union se llevaron la victoria y otro Maserati 8CM de la Escudería Villapadierna, que fue su último coche en pistas europeas antes de retirarse de ellas.

Cuando se desató el conflicto bélico en Europa, Zanelli aún vivía en Francia y al igual que muchos pilotos que tomaron parte de distintas formas por un bando u otro, Zanelli apoyó a la resistencia francesa, como también lo hicieron otros volantes como Williams, Benoist o Wimille. Siendo parte de aquella causa, el 19 de agosto de 1944 Juan Zanelli fue muerto en medio de un enfrentamiento contra fuerzas de la Gestapo (policía secreta nazi) en la ciudad de Toulousse dónde descansan sus restos hasta hoy.

Suele decirse que Zanelli ha recibido "el pago de Chile" por el nulo reconocimiento a su historia y trayectoria. Aunque puede también que sea mejor así y se le considere por muchos como el mejor volante en la historia del automovilismo nacional, porque si Zanelli fuese más reciente y su carrera tuviera el eco mediatico de estos días, seguro no sólo gozaría de reconocimientos, sino también de críticas. Quizás después de todo la historia es justa.


W. Araya C.
Fotos: Biblioteca Nacional de Francia, Pilotos muertos y Archivo Museo F-1 GP.